Cuando entras en una casa, lo primero que ves es el recibidor, una parte de la casa cuyas características de orden, limpieza e iluminación pueden dar una impresión u otra a quien te visite. Es por eso que debes tenerlo perfecto, porque, como ocurre con la impresión que se da en una entrevista de trabajo, para la casa el recibidor es una invitación a entrar en tu hogar, y si éste no está presentable, puede dar mala imagen.
El recibidor, la presentación de tu hogar
En casi todos los hogares, el recibidor suele ser algo pequeño que no tiene luz natural. Es por eso que aprender a iluminar un recibidor se convierte en algo muy importante y dependerá de cómo sea éste para conseguir los mejores resultados.
Recibidores pequeños
Si tu recibidor es pequeño, lo mejor que puedes hacer es colocar apliques de luz que estén enfrentados y se dirijan al techo.
En uno de los muebles, coloca una lámpara de sobremesa que será la que te permita enfocar la mirada en ese punto.
Al ser pequeño, busca muebles claros que hagan en lugar más grande de lo que es.
Recibidores grandes
La mejor opción son focos empotrados y apliques en la pared. Los apliques deben dirigirse al techo mientras que ya los focos led se encargan de iluminar hacia abajo.
Si es un recibidor muy grande podrías utilizar sin problema unos apliques, una lámpara de techo o halógenos, lo que prefieras.
Un pequeño truco es colocar una lámpara de mesa que le dé ese toque cálido que se busca en esos lugares para que se haga más familiar.
Recibidores con muebles
Hay casos en los que el recibidor está compuesto por un único mueble, quizá porque tiene joyas de arte, figuras, etc. Si es así, unas tiras led en esos puntos estratégicos para enfocarlo no estaría mal.
Recibidores con cuadros
Igual que en lo anterior, el recibidor puede ser un cuadro grande. Apuesta por los apliques dirigidos al techo pero, al mismo tiempo, busca algo que le dé luminosidad también al cuadro, sin que lo hagas tétrico, claro.